07 - INHIBICIÓN


















Me llamo Proteo.

Nadie hay más distinto de mí que yo mismo,
a veces un soez misógino
y otras un gentil enamorado.
Tanto llego a ser caritativo y recogido
como libertino y cruel.

Reparto besos de ira y pánico
al igual que muerdo delicadamente
con libidinosa fruición cualquier carne trémula.

Pero en realidad,
rara vez me hallarás siendo yo
y por ello perderás las esperanzas de encontrarme,
porque saldré huyendo dentro del cuadro que pinté
buscando residir en lo inescrutable.

Quiero que mi yo desaparezca totalmente
perdido en todos los tiempos,
imbuido dentro de un reconcomio de felicidad,
sintiéndome afortunado por ello.

Me muero por existir y existir
sin que esa sensación se agote,
procurando alargar ese instante
sin tener que padecer el peso de su duración,
sin reducirlo al sentir de nuestra existencia
como sentimiento que apura el presente.

Porque solo deseo mimetizarme en ese estado
buscando la realidad de ese lugar
donde la felicidad más grande
radique en no llevar vacíos en el alma.

Porque quiero dejar de reinventarme
y dejar de ser camaleón, serpiente,
agua o árbol allende los mares.

Porque quiero inhibir la inhibición
para que mi corazón amordazado
se abra y pueda hablar de nuevo
procurando esta vez aprender
a recitar el arte del olvido,
empezando por mi nombre.

 ©MAM

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