29 - LA BATALLA DE LOS ÓSCULOS
















¡Entrad malditos, batíos en mortal contienda mordiendo cada labio e infringid el suplicio más dulce sin piedad alguna! A vida o muerte.

¡Enviad la vanguardia de las lenguas a traspasar las subyugadas compuertas en busca de la lid con su par justo! Allí, en el profundo atrio donde dormitan tibios todos los silencios.

Y bajo el intenso azote de los alientos, ¡vosotros, mis aguerridos apéndices! deglutiréis salivas como en un batir de nubes de tormenta provocando fulgores de relámpagos sempiternos que dejarán impregnada la estancia de un incandescente sabor a rebato, reduciendo cada uno de los sentidos a un único estertor de victoria.

Guerra de besos, besos distintos, ósculos en prosa que revienten la prudencia y tiñan de rojo carmín las paredes que nos rodean.

Porque es así, en cruel batalla, como únicamente debieran enfrentarse las bocas.

Al menos… la tuya y la mía.

©MAM

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