13 - EL INSTANTE


















Todo transcurrió en al menos un instante, aunque perdí  o quise perder la noción de ese corto pero intenso espacio de tiempo.

Mientras sus ojos se clavaban sobre mis glúteos remarcados por el pliegue de la falda, los míos se desplazaban pusilánimes hacia su latente pero abultada entrepierna. El aire se mostraba espeso y el ambiente ingrávido, envolviéndonos en un aura mayéutica. Bajo la trémula luz, la inquietud de mi muslo se encontró con una mano arrastrando la tela incauta de la falda en un lento y resuelto devenir hacia el suave vello que resguarda  mi centro del placer. Al girarme, advierto su boca voraz en caída libre sobre mi escote con ínfulas de atraparlo entre sus dientes. Tras aquel embate, un pecho salió despedido del vestido mostrando la turgencia de un pezón sonrosado. Éste fue mordisqueado sin dilación para infringirme una estremecedora tortura. Fue entonces cuando sus dedos desertaron de la sínfisis de mi pubis para intentar abrirse paso más adentro. Muy adentro. Jadeo con frenesí.

—¡Este músico es un fantástico intérprete!

Las plantas de mis pies comienzan a arder y siento un intenso hormigueo; un relámpago cruza mi columna vertebral en ambos sentidos hasta sentirlo explotar en mi suelo pélvico bajo un estremecimiento incontrolable. Entre espasmos me derramo sobre su mano bajo estrangulados gemidos. Pude observar cómo se la llevaba a su boca y saboreaba mi lubricidad mientras intentaba recomponerme de mi éxtasis…En ese preciso instante el ascensor abrió sus puertas y crucé el umbral de la realidad sin mirar atrás.


©MAM

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